¿Trabajo nuevo o una contraoferta?
Sigue siendo muy habitual que los trabajadores del sector IT aun estando en activo, busquen nuevas ofertas laborales con el fin de encontrar mejores oportunidades profesionales.
Esta búsqueda puede suceder por varias razones: no estar a gusto en el entorno laboral, no tener opciones de ascenso, por falta de retos, por necesidad de un cambio, etc.
Que un empleado no se sienta suficientemente valorado en su empresa actual es en su mayoría, la puerta que abre la búsqueda a un nuevo empleo y a valorar otras ofertas. El proceso de cambio de empresa puede ser un proceso largo y lento, pero casi siempre, la mejor opción para tu carrera profesional.
Cuando tienes una nueva oferta laboral, llega uno de los puntos más críticos, el de no retorno, el momento en el que se ha de comunicar a la empresa que se ha aceptado otra oferta de trabajo y que en un plazo determinado se dejará el actual cargo.
Llegados a este punto, pueden darse dos situaciones por parte de la empresa, la primera es la aceptación a la perdida del empleado y por tanto la finalización del contrato laboral y la segunda es la realización de una contraoferta, lo cual de primeras puede parecernos incluso halagador, pero muchas veces puede ser solo el principio del fin.
¿Sabías que el 85% de las personas que aceptan una contraoferta laboral interna terminan igualmente cambiando de trabajo? Otro dato importante es que este cambio se da en los 18 meses posteriores a la aceptación, ya sea por renuncia o por despido.
Por supuesto, recibir una contraoferta atractiva es un halago, un subidón para nuestro ego, y cuando esta aparece empiezan a aparecer diferentes planteamientos: «Parece que, en el fondo, aquí me valoran, están dispuestos a apostar por mi talento, mi relación con esta empresa y este jefe va más allá de lo mercantil. Vale la pena pensárselo, en el fondo aquí estoy cómodo, ¿y si resulta que todavía tengo recorrido?”.
¿Seguro? Hay otra forma de ver las cosas, y para ello nada mejor que adoptar el punto de vista de empresarial. A tu jefe y a tu compañía, tu marcha les genera un problema inmediato. Para empezar, sienten que están perdiendo el control del factor tiempo. Tú ocupas una posición relevante, quizás crítica, y encontrar un sustituto válido no es algo que pueda hacerse de la noche a la mañana. Llevará tiempo, quizás cuatro o seis semanas, quién sabe si más, y mientras tanto habrá tareas importantes que estarán desatendidas. Para tu jefe directo, además, la situación supone una carga de estrés y de desgaste ante sus propios superiores, que se preguntarán si esa área de la que la gente quiere irse está bien gestionada.
En realidad, la contraoferta por la que tu te sientes tentado a aceptar, es sólo la confirmación de un pensamiento cortoplacista. Para tu jefe, el subirte el sueldo momentáneamente es un coste menor, un extra presupuestario de corta duración. Mientras tú disfrutas al sentirte valorado y apreciado y vuelves a tus tareas rutinarias, tu jefe habrá puesto ya en marcha la maquinaria para sustituirte. La rueda de contratar a un cazatalentos, revisar CV y entrevistar candidatos estará rodando antes de que te des cuenta.
En el 90% de los casos en los que se ha aceptado una contraoferta, esto ha sido derivado por una decisión económica, es importante que recuerdes que muchas veces el dinero no llena la experiencia profesional y que, si te ofrecieron una nueva oferta laboral, es porque tienes mucho talento que otros si están dispuestos a valorar y a veces para poder crecer es necesario salir de la zona de confort.
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